La imagen de la Señora de Alconada tiene un gran valor histórico y artístico, aunque hay que añadir el gran valor sentimental y religioso, porque ante Ella, generación tras generación, sus fieles la han rezado y visitado con gran devoción; Ella conoce las alegrías y las penas.
Esta talla, que anteriormente se mostraba vestida, fue restaurada y liberada de su túnica y manto. Hoy podemos contemplarla en su deliciosa pequeñez: casi como una miniatura de un códice de su época, del Siglo XIII.
La Virgen,sedente y coronada, muestra en su mano derecha una manzana, y con la izquierda sostiene al Niño en su regazo: éste bendice con su mano derecha,mientras con la izquierda ofrece una flor. Cuando estaba vestida, llenaba ampliamente el camarín; ahora, debidamente iluminada, destaca en su antigua hermosura y en su morenez suave y expresiva; pero no pierde valoración artística por su pequeñez, en el retablo neoclásico, sino que atrae por su bella expresividad y ejecución devota.
Ella está deseando que la visites, y estará encantada de acogerte en su seno, dándote su protección para siempre, porque, La Virgen, con su expresiva mirada, acoge y bendice al que la contempla.
¡VEN A CONOCERME!
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