Oración a la Virgen de Alconada

Acordaos, oh piadosísima Virgen María de Alconada, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorado vuestra asistencia y vuestro auxilio, haya sido abandonado de Vos.

    Animado con esta confianza, a Vos también acudo, oh Virgen, Madre de las Vírgenes; y aunque bajo el peso de mis pecados me atrevo a aparecer ante vuestra presencia soberana.

   No desechéis, Oh Madre de Dios, mis humildes súplicas, antes oídlas y acogedlas benignamente. Amén.
    (Pídase la gracia que se desea alcanzar)

   Madre mía amantísima, en todos los instantes de mi vida, acordaos de mí, miserable pecador. (Dios te salve María...)

   Acueducto de las divinas gracias, concededme abundancia de lágrimas para llorar amargamente mis pecados. (Dios te salve María...)

  Reina de cielos y tierra, sed mi amparo y defensa en las tentaciones de mis enemigos. (Dios te salve María...)

  Inmaculada Virgen, Madre de Dios, alcanzadme de vuestro Santísimo Hijo las gracias que necesito para mi salvación. (Dios te salve María...)

 Abogada y Refugio de los pecadores, asistídme en la hora de mi muerte, y abridme las puertas del Cielo. (Dios te salve María...)

                                                 ANTÍFONA

   Bajo tu amparo y protección nos acogemos, santa Madre de Dios; no desechéis las súplicas que os dirigimos en nuestras necesidades; antes bien, libradnos de todos los peligros, oh Virgen gloriosa y bendita.
          
             Ruega por nosotros, Madre de Dios de Alconada.
             Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo.

                                               ORACIÓN FINAL
Os rogamos, Señor Dios, que nos concedáis a vuestros siervos gozar de continua salud de alma y cuerpo; y por la intercesión de la siempre Virgen Santa María, seamos libres de las tristezas de esta vida y gocemos de las eternas alegrías del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor. 
Amén.